Una reacción
química de cine.
Aplicación
relacionada con la práctica de tinta invisible.
Basaso en el artículo que lleva el mismo nombre,
elaborado por José Pedro López Pérez1 y
Raquel Boronat Gil2,
1 I.E.S. La Basílica. 30157 Algezares.
Murcia. España. josepedro.lopez@murciaeduca.es
2 I.E.S.“Antonio Menárguez
Costa”. 30710. Los Alcázares. Murcia. raquel.boronat@murciaeduca.es
Se
trata de reproducir una reacción química, usada posiblemente en la gran
pantalla en Los diez mandamientos, un clásico del cine de la década de 1950, dirigido por Cecil B.
DeMille. Dicha reacción química es una
de las que nosotros hemos usado para descubrir dónde hay escrito con tinta invisible.
En
la Biblia, en el libro Éxodo (7:14-22)
puede leerse: “...Yahvé dijo a Moisés: –Di a Aarón: toma tu cayado y extiende
tu man sobre las aguas de Egipto, sobre sus canales, sus ríos, sus lagunas y
sobre todas las cisternas, y se convertirán en sangre; y habrá sangre en todo
el país de Egipto, en los recipientes de madera y en los de piedra... Pero los
magos de Egipto hicieron lo mismo con sus
encantamientos, y el corazón del
faraón se obstinó y no les hizo caso, tal como había dicho Yahvé”.
El
director de la película acercó este pasaje de una forma fascinante, quizás
valiéndose del uso de la química para teñir las aguas de rojo, como se discute
en este trabajo. En la figura 1 se muestran cuatro escenas de la película donde
se representa el pasaje de Moisés y Aarón ante Ramsés y su séquito. Cuando
Aarón toma el báculo y lo introduce en el (falso) Nilo, éste comienza a
adquirir una coloración similar a la sangre. Pero, ¿cómo se llevó a cabo esta
escena? Posiblemente se trate de una reacción química, tal como vamos a
discutir en este trabajo.
En
la propia película, Ramsés da una posible explicación ante Moisés y un
sacerdote cuando dice: “...Yo también tuve miedo al enrojecerse el Nilo, hasta
que supe de un monte, más allá de las cataratas, que despidió barro rojo y
emponzoñó el agua”. El barro rojo presenta en su composición una mezcla de
arcillas y óxidos de hierro, siendo éste el elemento con el que se trabajará en
esta experiencia. En clase, si el docente pregunta cómo se produjo el cambio de
color, las respuestas siempre serán de lo más variadas y sorprendentes por
parte del alumnado, quienes se asombran cuando se les dice que van
a realizar
la práctica en un laboratorio que reproducirá el efecto observado en la
película.
Figura 1. Escenas de la película Los Diez
Mandamientos (1956),
de Cecil B. DeMille, donde Aarón levanta el
báculo y lo introduce en el
río Nilo en presencia de Moisés, Ramsés y todo el séquito de este último. La
introducción del báculo
simuló la transformación de las aguas del río en sangre.
Los
materiales empleados para realizar esta experiencia son sencillos: pipeta
Pasteur de vidrio (que equivaldrá al báculo del profeta), bandeja de disección
(simulando el río Nilo), agua del grifo, disolución 0.5M de cloruro de hierro
(III) y disolución 0.5M de tiocianato de amonio. Si no se dispone de estos
compuestos, igualmente valdría para la experiencia cualquier sal de hierro
férrico y de tiocianato (también llamado sulfocianuro).
Procedimiento:
1. Sobre la bandeja de disección se
verterán 1 litro de agua del grifo y 20 ml de la disolución de tiocianato de
amonio. A continuación, y mediante una tetina acoplada a la pipeta Pasteur, se
llenará ésta con la disolución de la sal de hierro.
2. Cuando la pipeta se introduce en la
bandeja de disección, la reacción química observable es sorprendente. Un color
rojo sangre empezará a formarse en las inmediaciones de la pipeta que, tras
remover el agua de la bandeja, hará que toda vire hacia este color (figura 2).
3. De manera complementaria, se puede
hacer un experimento adicional eliminando el compuesto de amonio del agua,
comprobándose que no sucede lo mismo que cuando estaba presente.
Figura 2. Producto final coloreado
[Fe (SCN)2+] de la reacción química
entre la sal de hierro, presente en la
pipeta, y la disolución de
tiocianato. Tras homogeneizar la reacción, la tinción cubre toda la bandeja. El
color rojo
intenso formado está
directamente relacionado con la concentración de hierro en estado férrico
presente en la
misma (Job 2001).
Finalizada la práctica, podemos
ilustrar la reacción química que los alumnos han trabajado (figura 3), comprobando
al menos los siguientes apartados: (1) la ecuación química, (2) la disposición
de los reactivos y productos en la ecuación, (3) la fórmula química de las
especies reaccionantes y formadas y (4) la ley de conservación de la masa o de
Lavoisier (comprobándose, al menos, la conservación del número de átomos de
cada elemento que interviene en la reacción, pues aparecen en igual número en
los reactivos y productos).
Figura 3. Ecuación química que
representa la reacción entre el catión férrico y el anión tiocianato. A la
izquierda
de las flechas de reacción
se especifican los reactivos que se mezclan y, a la derecha, los productos
obtenidos. Las
flechas en ambos sentidos
indican que la reacción es reversible.
Para los alumnos de bachillerato, se
puede realizar un estudio concreto de la reacción con este tipo de alumnado.
Para ello es preciso indicar que se trabaja con una reacción química
reversible, que se rige por el Principio de Le Châtelier que, de modo resumido,
puede enunciarse: “Si un sistema químico en equilibrio se somete a cualquier
causa externa perturbadora (variación en la concentración de especies
reaccionantes y productos, presión de las sustancias reaccionantes sobre el
punto de equilibrio...), el
equilibrio se desplaza, reaccionando
químicamente, en el sentido de anular la acción sobre él
producida” (Petrucci et al. 2002).
A partir de esto se puede
comprobar el desplazamiento del equilibrio de la reacción viendo cómo es
reversible y vuelve a ser transparente, revirtiéndose el proceso realizado
antes.
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